Publicado por José Luis Barreras Meriño, el creador del “Capablanca”, visitó 80 países
Oficialmente fue árbitro internacional, creador del “Memorial Capablanca”, el más fuerte y emblemático torneo de Latinoamérica, y uno de los más reconocidos cronistas de ajedrez del mundo de habla español.
Pero un título bien ganado que no se le concedió a José Luis Barreras Meriño, porque no existe, fue el de Gran Embajador del Ajedrez de Cuba”. Y es que el isleño, quien murió en 2005 a la provecta edad de 88 años, visitó cerca de 80 países.
Ni su genial compatriota José Raúl Capablanca y Graupera, campeón mundial de 1921 a 1927 y que se desempeñó oficialmente como diplomático, estuvo en tantos países como Barreras Meriño, que nació en un día como hoy, 19 de agosto de 1917, en Las Tunas.
Su don de gentes fue proverbial y le granjeó la amistad de grandes figuras, tanto en la Mayor de las Antillas como en diversos países. En su hogar, en La Habana, donde solían visitarlo personalidades del juego, se podían ver fotos suyas con grandes astros del tablero.
Amigo personal de Ernesto “Che” Guevara, don José Luis tenía fotos de él con el “Guerrillero Heroico”, quien mucho lo apoyó en su ingente labor por promover la milenaria disciplina a todo lo largo de la Isla de la Dignidad en los años sesenta del siglo pasado.
Por supuesto, también tenía imágenes en la que acompañaba al Comandante Fidel Castro Ruz, así como a ex campeones mundiales como Max Euwe, Boris Spassky, Vasily Smyslov, Mikhail Tal, Tigrán Petrosián y Bobby Fischer, este último en la Olimpíada de La Habana 1966.
Miguel Najdorf, Víctor Korchnoi, Efim Guéller, Svetozar Gligoric, Leonid Stein, Borislav Ivkov y un largo etcétera también posaron para la cámara junto con Barreras, a quien trataron como juez, dirigente u organizador de competencias.
De Barreras Meriño, cuyas narraciones de su “Recorrido por el Mundo del Tablero” abarcaron más de 40 años, podría escribirse un grueso volumen. Siempre será corto el espacio del que se dispone para quien además fue presidente de la Federación de Ajedrez de Cuba.
Autor de varios libros y de cientos de crónicas ajedrecísticas cuya narrativa era magistralmente sencilla, amena y sobre todo instructiva, escribió para diversas publicaciones cubanas y de otros países de América Latina, así que su aportación trasciende las fronteras de su patria.
“El ajedrez en Cuba”, un clásico suyo, rescata para la posteridad la historia del juego ciencia en la isla que tanto ha contribuido al desarrollo del juego en numerosos países del Continente Americano e incluso del Viejo Mundo. No hay ajedrecista isleño que no haya oído hablar de él.
“Ajedrez Elemental” y “El Fascinante Mundo del Ajedrez” son otras de las más conocidas obras del antillano, autor de la conocida frase “El deporte es un derecho del pueblo”, y cuyo nombre está incluido en el “Libro de Oro de la FIDE”.
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