Inclusión y no polémica sobre un tema en México
MÉRIDA, Yucatán, 19 de diciembre._ El feliz epílogo en la edición 31 del torneo internacional “Carlos Torre Repetto In Memóriam”, que concluyó ayer por la tarde, generó no sólo euforia nacional sino también una polémica improcedente.
Tras la coronación del cubano Carlos Albornoz Cabrera por segundo año consecutivo y la obtención de la tercera norma de gran maestro por parte del yucateco Luis Fernando Ibarra Chami, en el ámbito ajedrecístico nacional surgieron contradicciones sobre el número de mexicanos que han conquistado la máxima jerarquía de la FIDE.

Primero que nada hay que enfatizar la cifra real antes de hablar del desatino de algunos ajedrecistas sin suficiente información al respecto: son siete los mexicanos que han alcanzado la gran maestría.
Los citamos por orden cronológico: Carlos Torre Repetto, Marcel Sisniega Campbell, Gilberto Hernández Guerrero, Juan Carlos González Zamora, José González García, Manuel León Hoyos y ahora Ibarra Chami, flamante subcampeón del evento decembrino.
Los que empiecen a hablar de nacidos en México deberían primero plantearse, con toda la imparcialidad de que sean capaces, una pregunta como esta: ¿Quién es más mexicano, José González, quien nació en España, donde ahora reside y cuya bandera defiende, o Juan Carlos González, quien nació en Cuba y desde joven vino a vivir a nuestro país, donde hizo sus tres normas de GM?
Todavía más. Los excluyentes o adictos a la polémica deberían hacerse otra pregunta que para más de uno suene irreverente: ¿Es más mexicano Torre, quien nació en Mérida y desde niño se fue a vivir a Estados Unidos, o Sisniega, que nació en este último país y vivió en México, donde hizo su carrera ajedrecística?
No caben o no deberían caber exclusiones en el mundo de las 64 casillas, cuyo lema es “Gens una sumus” (Somos una familia), pero gente obsesionada con la notoriedad ha desatado en las redes sociales discusiones sobre el origen de las estrellas del tablero mexicanas.
Así, no faltarán quienes pongan en tela de juicio la mexicanidad de Gilberto Hernández, quien desde hace años reside con su familia en Argentina, de donde es oriunda su esposa, la gran maestra Claudia Noemí Amura.
También se podría argumentar vanamente que Manuel León, oriundo de esta capital, vive en Estados Unidos, donde estudió la licenciatura y una maestría. Discusiones bizantinas todas ellas que en ningún combatiente del tablero debería encontrar eco.
Que las descalificaciones sean monopolio de gente como Donald Trump, que sueña con levantar vallas fronterizas. Sobre la palestra cuadriculada el único muro que debería haber es el de piedra, variante muy socorrida también llamada Ataque Holandés.
En cuanto al tema de más actualidad en el ajedrez nacional hay una sola verdad: son siete los mexicanos que han alcanzado la gloria. Punto.