La rusa Olga Rubtsova, campeona mundial en ajedrez clásico y por correspondencia
Nadie igualará la hazaña que en el ajedrez logró la rusa Olga Rubtsova. La eslava se convirtió en 1956 en la cuarta campeona mundial de ajedrez y años más tarde, en 1972, fue la primera reina universal femenil en la modalidad por correspondencia.
Ya nadie, ni hombre ni mujer, emulará esa gesta de la europea, cuádruple campeona femenil de la Unión Soviética, pues las batallas por correo han caído en desuso ante la tecnología digital. Ahora en vez de duelos que pueden durar años se ven partidas de ajedrez relámpago.
La rusa, que nació en Moscú el 20 de agosto de 1909 y murió en la misma capital a los 85 años, el 13 de diciembre de 1994, fue parte de un linaje de grandes mujeres. Su hija, Yelena Fatalibekova, también fue gran maestra, campeona de la URSS en 1974 y aspirante al título mundial.
Aprendió a mover las piezas a los 15 años de edad. Le enseñó su padre, Nikolai Rubtsov, un científico de renombre y profesor de metalurgia extractiva, quien fue su primer entrenador.
Rubtsova le dio a la Unión Soviética la medalla de oro en la I Olimpíada de Ajedrez Femenil, que en septiembre de1957 tuvo lugar en Emmen, Holanda. En ese evento, donde logró 9.5 puntos en 14 rondas, formó equipo con Kira Zvorykina.

En 1950 ocupó el segundo lugar en el Campeonato Mundial Femenino, que ganó la ucraniana Ludmyla Rudenko, a quien seis calendarios después superó, lo mismo que a Elisabeta Bykova, para erigirse como la mejor entre las mujeres.
Dos años después cedió la corona frente a esta última, que la superó por un marcador de 8.5 a 5.5. A partir de entonces se dedicó al ajedrez postal, donde su juego táctico alcanzó profundidad a raíz de los prolongados análisis que requiere cada lance.