Grandes victorias y algunos tropiezos del “Ogro de Bakú”
Hace exactamente 60 años, el 13 de abril de 1963, el matrimonio formado por Kimo Moiséyevich Weinstein y Clara Kasparova tuvieron en Bakú un hijo llamado a ser un fuera de serie en el ajedrez. Su padre le enseñó los rudimentos del juego, pero murió cuando Gary tenía siete años de edad. Entonces el pequeño adoptó el apellido de su madre, que originalmente era el armenio Kasparián, pero en una versión más rusa: Kaspárov.
Nació en Azerbaiyán, entonces república de la hoy extinta Unión Soviética, hijo de madre armenia y padre judío ruso, actualmente tiene la nacionalidad croata y desde hace casi cuatro décadas, sobre todo a partir de 1985, acapara muchos titulares en el mundo del ajedrez. Actualmente vive en los Estados Unidos de América.
Gary Kimovich Weinstein, mejor conocido como Gary Kaspárov, es un genio del juego ciencia que oficialmente fue campeón universal durante ocho años y a lo largo de 20 encabezó las listas mundiales de rating. Para muchos fue el mejor ajedrecista de la historia, un tema que siempre será relativo y polémico. De hecho, para demasiados (sobre todo fans de Carlsen y Fischer) esa afirmación raya en la herejía.
De lo que no hay duda alguna es que el “Ogro de Bakú” siempre ha levantado pasiones. Es amado u odiado, pero a pocos deja indiferentes. Es innegable que el ex soviético ha tenido muchas grandes victorias, gestas sin precedente algunas de ellas, y sólo unos pocos tropiezos, uno de los más dolorosos al margen del tablero, en el ámbito político.
Sobre la vida de Gary han corrido ríos de tinta, en libros, revistas, periódicos impresos y portales en internet, así que nos limitaremos esta vez a hacer un breve repaso de sus más trascendentales hazañas y sus escasos, pero inocultables desaciertos.
A los 17 años se convirtió en gran maestro (Fischer lo hizo a los 15 y ahora hay muchos que lo han logrado a los 14, 13 y hasta 12 años), debido a su soberbia actuación de 9.5 puntos de 12 como segundo suplente de la selección de la URSS en la Olimpíada de Malta 1980. Fue la primera de cuatro ocasiones que en las Olimpiadas defendió la bandera de la hoz y el martillo y otras cuatro veces jugó con la selección de Rusia.
Se ha hecho acreedor al Óscar de Ajedrez nada menos que en 11 oportunidades, más que cualquier otro astro del juego, ha sido el campeón mundial más joven, a los 22 años, tras destronar en 1985 a Anatoly Kárpov, y conquistó nueve veces el famoso Torneo de Linares, toda una hazaña.
En 1984, en el primer match que sostuvo con Anatoly Karpov por el título mundial, llegó a quedar en desventaja de 5-0, pero se sobrepuso y ganó tres partidas para poner los cartones 5-3, con ¡40 tablas! Entonces la FIDE, en polémica decisión, suspendió la serie y programó otro enfrentamiento para el próximo año.
Moscú organizó el Mundial de 1985, que ganó Gary 13-11 para ceñirse la corona. En la revancha en 1986, Kasparov retuvo el título por 12.5 a 11.5. En 1987, en Sevilla, España, tuvo lugar un nuevo encuentro por la corona entre ambos jugadores y Kárpov estuvo a punto de reconquistarla, pero perdió la última partida por un error en finales y la serie quedó igualada, por lo que el “Ogro” retuvo su cetro.
En 1993, Kaspárov desconoció a la FIDE al organizar la defensa de su corona frente al inglés Nigel Short bajo los auspicios de la Asociación Profesional de Ajedrez (PCA), una agrupación creada por el ruso. Ambos contendientes fueron expulsados de la FIDE y Gary desposeído del título.
Muy pocos dudan que Kaspárov seguía siendo el mejor trebejista del orbe, pero su rebeldía (con causa o sin ella) le hizo perder la corona. El propio “Ogro de Bakú”, en una entrevista que concedió en 2007, reconoció que salirse de la FIDE fue el peor error de su carrera.
Otro de sus contados fracasos fue el que sufrió en 1997 frente al ordenador “Deep Blue” (Azul Profundo). El ruso fue el primer monarca mundial batido por una computadora y su reacción no fue muy caballerosa. Afirmó que en la victoria del artefacto hubo “intervención humana”, un símil para sostener que fue manipulado el encuentro.
No fue la única vez que reacciona coléricamente ante la adversidad. En el match de revancha contra Kárpov, disputado en 1986 en Londres y San Petersburgo, cuando Gary llevaba una ventaja de tres puntos, su entonces retador tuvo una racha de tres triunfos para emparejar el marcador. Kaspárov despidió entonces a uno de sus entrenadores, Evgeny Vladimírov, acusándolo, sin pruebas, de traición por vender los análisis sobre sus aperturas.
En la segunda mitad del año 2000, defendió en Londres su título de la WCA contra el ruso Vladímir Kramnik, ex pupilo suyo en la famosa escuela de Botvinnik-Kaspárov. El alumno superó al maestro en toda la forma, con pizarra de 8.5 a 6.5 y manteniendo la aureola de invicto. Fue la primera vez, desde 1921, que un campeón mundial perdía el cetro sin ganar ningún encuentro.
La estrella no ha mostrado mucha estabilidad en el plano familiar. Ha tenido tres matrimonios y en cada uno de ellos ha procreado un hijo.
En el ámbito político, en el cual incursionó de lleno tras su retiro oficial de las competencias en 2005, es un duro crítico del presidente ruso Vladímir Putin, a quien prometió derrocar, algo que se antoja una misión imposible, pues el actual mandatario goza de gran popularidad no sólo en Rusia, sino en otros países.
De hecho, su campaña contra Putin lo llevó a ser detenido en tres ocasiones, una de ellas por morder a un policía, y le hizo perder muchos admiradores en Rusia. En abril de 2005, durante un evento promocional en Moscú, un aficionado le pidió que le autografiara un tablero y, tras lograr su firma, le dijo: “Te quise por tu ajedrez, pero sus ideales políticos están mal”. Sin darle tiempo a reaccionar, lo golpeó en la cabeza con el tablero autografiado. Varios otros aficionados le han mostrado de modo similar su desaprobación. Lo dicho: «Genio y figura, hasta la sepultura».