Tropieza en Lausana la campeona mundial
LAUSANA, Suiza, 4 de marzo._ Cinco jugadoras, dos de ellas de Rusia, encabezan ahora el Grand Prix Femenino de Ajedrez tras una tercera ronda de alarido, en la que la india Harika Dronavalli venció con blancas, en un brillante final, a la campeona mundial china Ju Wenju.
Una de las líderes es Harika, quien dio una cátedra de táctica en finales, ofreciendo dos veces su alfil en sacrificio. Entre las otras punteras están dos que salieron hoy con el brazo en alto: la rusa Alina Kashlinskaya y la ucraniana Anna Muzychuk.
La primera ganó con negras a su compatriota Alexandra Kosteniuk, a la que envió al sótano con apenas medio punto, y la otra doblegó con las piezas albas a la francesa Marie Sebag.
Las restantes colíderes son las que iban a la vanguardia antes de la tercera tanda: la georgiana Nana Dzagnidze y la rusa Aleksandra Goryachkina, que con los trebejos oscuros entablaron frente a la búlgara Antoaneta Stefanova y la kazaja Zhansaya Abdumalik, respectivamente. El sexto duelo del día, entre la ucraniana Mariya Muzychuk y la sueca Pía Cramling, igual devino en tablas.
Hay de empates a empates. La partida de estas últimas, muy luchada, acabó en armisticio cuando sobre la palestra sólo quedaban los reyes y cinco peones por bando, en una posición sumamente equilibrada. En contraste, el choque Abdumalik-Goryachkina terminó por repetición de jugadas en apenas 15 movimientos.
Si se excluyen las repeticiones, en realidad únicamente hubo 12 lances sobre el tablero, menos de lo que dura la mayoría de las aperturas. No se puede culpar de falta de combatividad a la joven estrella de Kazajistán, quien entró como emergente por la ausencia de la china Zhao Xue. Más bien se podría hablar de estrategia de Aleksandra.
Volviendo a la mejor batalla de la jornada, en la jugada 49, tras capturar un peón en la columna torre dama, la china seguramente pensó que tenía las tablas a la mano si las blancas capturaban a su vez un peón en el flanco contrario, pero, ¡oh sorpresa!, Harika sacrificó su peón caballo para abrir paso a la coronación de otro.
Las negras rechazaron el sacrificio, pero recibieron un balde de agua fría en forma de inmolación del alfil pálido, que capturó un peón central. Era un regalo envenenado que permitiría la promoción de un peón blanco. Wenju tuvo que mover su única pieza ligera y entregar un peón en el flanco dama. De tener un peón de ventaja, ahora quedaba con uno menos y en posición muy comprometida.
Un nuevo intento del bando oscuro por acercar su rey a la zona crítica fue paralizado por magistral maniobra del alfil albo, que otra vez se ofreció en inmolación para hacer posible la coronación. Un lance más tarde, la monarca universal inclinó su soberano en señal de rendición. Una lección de cómo se debe jugar la fase postrera del juego.
A su vez, Alina Kashlinskaya requirió de 57 movimientos para infligirle a Alexandra Kosteniuk su segundo descalabro consecutivo, en un final de reyes y peones.