Filidor, inventor de las simultáneas a la ciega, nació hace 293 años
En estos tiempos de récords en el universo cuadriculado, hay que recordar uno que nadie podrá romper y pocos tienen en cuenta. Francois André Danican Filidor, quien nació hace 293 años (7 de septiembre de 1726 en Dreux, Francia), se mantuvo durante medio siglo imbatible sobre el tablero.
Considerado campeón mundial desde 1746 hasta su muerte en 1795, a Filidor se le conoce sobre todo como el descubridor de la esencia del juego, que transcribió en una frase: “Los peones son el alma del ajedrez”.
Pero hay otras cosas que el grueso de los combatientes de la palestra bicolor ignoran sobre él. Por principio de cuentas, Filidor es sólo un sobrenombre, el más famoso si se quiere, en el mundo ajedrecístico.
Resulta que los integrantes de su familia tenían larga tradición como músicos en la corte de Versalles. Como su tío abuelo tocaba con un estilo parecido al del famoso italiano Filidori, el rey Luis XIII le puso el apodo Filidor. De ahí en adelante, todos los miembros del clan llevaron ese mote como si fuera un segundo apellido. El padre del genial ajedrecista, llamado André Danican, fue músico del rey Luis XIV.
Otros detalles muy importantes que la afición desconoce de Francois André Danican Filidor es que se mantuvo imbatible durante medio siglo (nunca perdió un match en su vida) y fue el primero en realizar exhibiciones de partidas de ajedrez a la ciega. En el plano musical, compuso óperas durante el reinado de Luis XVI.
A los seis años de edad entró a formar parte del coro de Luis XV y aprendió el movimiento de los trebejos viendo jugar a los otros músicos. Alrededor de 1740, siendo un adolescente, comenzó a frecuentar el café de la Régence, el más famoso punto de reunión de los jugadores de la época.
Ahí conoció al mejor jugador de esos tiempos, Kermur de Legal, quien lo tomó como su pupilo. Al principio, el maestro le daba torre de ventaja en las partidas, pero al cabo de un año el alumno superó al maestro.
Pronto nuestro héroe tuvo que dar algún tipo de ventaja para hacer atractivos los duelos que disputaba, pues su nivel estaba muy por encima de los demás. Con frecuencia concedía a sus rivales un caballo, alfil o torre, y en ocasiones hasta dama cuando la diferencia de niveles lo permitía, y aun así los doblegaba, para asombro de la concurrencia.
En lo que pudiera considerarse el campeonato del mundo no oficial, Filidor venció en 1746 al único contrincante más o menos digno de él, el sirio Philipp Stamma, y lo hizo con un marcador más que contundente: ocho victorias, un empate y una derrota, pese a que el francés jugó todas las partidas con negras. Como no podía ser de otra manera, a partir de entonces se le reconoció como el mejor jugador del planeta.
Cuando comenzó la revolución francesa, se refugió en Inglaterra, pues por sus relaciones sociales se le puso en la lista negra en su país. Cuando tenía 67 años de edad, en 1793, ofreció en Londres una simultánea contra dos rivales a la ciega y los derrotó.
Su contribución a la teoría fue grande. En 1749 dio a conocer su tratado “Análisis del juego de ajedrez”, donde expuso sus conceptos, muy avanzados para su época, y habló de una variante de apertura que ahora se conoce como defensa Filidor (1.e4, e5; 2.Cf6, d6). En esa obra incluyó análisis de finales y dio a conocer su frase inmortal sobre los peones.
Además escribió un reglamento sobre el juego ciencia y estableció reglas básicas, como “pieza tocada, pieza jugada”, el enroque, la captura al paso y la colocación del tablero, con la casilla blanca a la derecha de los competidores.
Hoy día, por toda la redondez del planeta hay clubes que llevan por nombre Filidor, un justo homenaje a quien, aunque no haya tenido oficialmente el título, fue todo un campeón mundial.
Intersante. 50 años sin perder el titulo y admirable.
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