Alireza Firouzja, tentación para varios países
Hace siete meses, a poco del surgimiento de “Ajedrez Noticias”, publicamos una crónica titulada “La paradoja de Irán en el ajedrez”. La primera línea de la nota decía “Aunque sea difícil de pronunciar, grábese bien este nombre: Alireza Firouzja”.
Nota relacionada: https://ajedreznoticias.com/2019/05/22/la-paradoja-de-iran-en-el-ajedrez/
Y alertaba a continuación: “Puede que este quinceañero, quien aprendió a mover los trebejos hasta la edad de ocho años, se convierta en uno de los más grandes ajedrecistas de la historia”.
No ha caído aún la última hoja del calendario y el joven iraní, ahora de 16 años, está en boca de todo el universo de las 64 casillas. A su genialidad ampliamente reconocida se ha unido un hecho no precisamente extra ajedrecístico: el repudio del persa a su nacionalidad, motivada por la prohibición de su gobierno a enfrentarse a jugadores israelíes.
De la noche a la mañana, Alireza se ha vuelto un gran foco de atención de los cazadores de talentos, pues su ascenso es meteórico, como se ha puesto de manifiesto precisamente en estos días, cuando ha tenido una gran actuación en el Mundial de Ajedrez Rápido y Blitz, que hoy concluyó en Moscú, Rusia.
Hoy, por cierto, el iraní, que juega bajo la bandera de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), mejor representada que nunca, perdió por tiempo una partida que técnicamente tenía empatada con el monarca mundial, el noruego Magnus Carlsen, quien sólo tenía un alfil y su rey. Por internet, como se remarcó en las redes sociales, ese duelo era necesariamente tablas. El incidente generó una ola de críticas al reglamento del organismo rector del juego ciencia.
Volviendo al tema del interés despertado por Firouzja, Francia, donde reside el joven y tiene su sede la FIDE, aparece como primera opción para que la represente. Imaginen el equipazo que formaría el persa junto con Maxime Vachier-Lagrave en la Olimpíada Mundial.
Pero no sólo los galos están interesados en los servicios del iraní, sin varios otros países. En especial Estados Unidos, siempre ansioso de capitalizar la fuga de cerebros y donde ya se oyen voces a favor de que se nacionalice al prospecto.
No es la primera vez que surge un escándalo en el ajedrez de Irán por la prohibición del gobierno de que sus jugadores se enfrenten a rivales hebreos en cualquier competencia internacional. En febrero del 2017 los hermanos Dorsa y Borna Derakhshani fueron excluidos de la selección nacional de su país por la actitud que adoptaron en el torneo de Gibraltar, jugado poco antes.
El primero, entonces de 14 años, no acató la prohibición y jugó contra un israelí. A su hermana, de 18 y residente en Barcelona, España, la sancionaron por jugar sin hijab, el velo que les cubre la cabeza y el pecho a las mujeres musulmanas.
Pero lo de Irán es poca cosa si se le compara con lo que Arabia Saudita hizo hace dos años, precisamente en el Mundial de Ajedrez Rápido y Blitz. Riad les negó visa a los combatientes de Israel, que ya no pudieron jugar.
Sin embargo, la prensa en Occidente no prestó mayor atención al justificado descontento de muchos competidores, que incluso se enfadaron con Carlsen, quien sí asistió al evento. Eso muestra con claridad que no sólo el gobierno de Teherán politiza el ajedrez.
Mientras, el mundo escaqueado sigue con interés el caso de Alireza, como nosotros haremos también para informarles oportunamente a nuestros lectores.