Luke McShane, a punto de quedar como líder único
ISLA DE MAN, Gran Bretaña, 14 de octubre._ Ni los apostadores más empedernidos hubieran dado mucho por el británico Luke McShane en un evento plagado de “monstruos sagrados” como lo es el Gran Torneo Suizo, donde participan 21 jugadores con más de 2700 de Elo, entre un total de 154 grandes personalidades.
Pero el inglés, un banquero a quien se considera “el jugador amateur más fuerte del mundo”, no tiene por casualidad un rating de 2682, como lo demostró hoy frente al estadounidense Fabiano Caruana, número dos en las listas de la FIDE y anterior retador a la corona universal.
Ante el norteamericano, el europeo jugó con blancas sin ningún complejo y se consolidó como la sensación de la competencia, al torturarlo durante 85 movimientos antes de concederle el empate.
El europeo obtuvo ventaja posicional y más tarde material, pero Caruana dio una cátedra del arte de la defensa y ambos terminaron por dividirse el punto, luego de casi siete horas de lucha y en un final de torres y peones, para seguir compartiendo el liderato.
Sólo que ahora son más los punteros. Aprovechando que los cuatro colíderes hasta hoy entablaron en la quinta ronda, dos rusos y un español se unieron al grupo de vanguardia. Los otros que compartían la cúspide, el chino Wang Hao (blancas) y el prospecto iraní Parham Maghsoodloo, empataron en la segunda mesa.
Eso permitió que alcanzaran la cima los rusos Alexander Grischuk y Vladímir Fedoseev, así como el español Alexey Shírov, quienes con blancas vencieron al georgiano Iván Cheparinov, el polaco Radoslaw Wojtaszek y el armenio Gabriel Sarguisián, respectivamente.
Organizadores y patrocinadores de la magna cita han de estar muy satisfechos, no sólo por la inesperada y brillante actuación de McShane, sino porque al fin volvió a ganar Magnus Carlsen, que se acercó medio punto a la cima. Además, en la quinta jornada la combatividad estuvo de nuevo a la orden del día.
Para muestra, baste señalar que dos de los combates se prolongaron más allá del centenar de movimientos, antes de firmarse sendos armisticios. En el tablero 36, la rusa Alina Kashlinskaya maniobró con negras por todos los sectores de la palestra antes de aceptar, en el lance 122, la división del punto con el británico Keith Arkell.
En la mesa 18 también midieron fuerzas dos auténticos gallitos de pelea. El indio Vidit Santosh Guhrati (blancas) y el armenio Robert Hovhannishyan se enzarzaron en un combate de poder a poder en el que el primero quiso hacer valer su ventaja de calidad en un final harto difícil que devino en tablas teóricas, que el asiático sólo admitió hasta la jugada 113.
Otros choques maratónicos fueron los que sostuvieron el polaco Kacper Piorun y la india Harika Dronavalli, quienes empataron en 95 lances, y el armenio Vladimir Akopián con el austríaco Markus Ragger, que se dividieron la unidad en 80 movidas.