El israelí gana a los 51 años el más fuerte torneo jugado en su país
Con más de medio siglo de vida, el israelí Boris Gelfand acaba de ganar, con aureola de invicto, el más fuerte torneo de ajedrez realizado en su país.
El incombustible Gran Maestro, nacido en Bielorrusia, se hizo con su soberbia actuación el mejor regalo de cumpleaños (51), al terminar con 5.5 puntos en el Torneo Internacional de Netanya, tras entablar en la última de las nueve rondas con el cubano Leinier Domínguez Pérez, quien ahora representa a Estados Unidos.

El antillano terminó como subcampeón, con media unidad más que el ucraniano Pavel Eljanov, a quien le siguió, también con cinco puntos, la joven estrella rusa Daniil Dubov.
Hay que destacar el elevado mérito del incombustible Gelfand, un brillante exponente del juego posicional y la técnica defensiva, pues todos sus oponentes, salvo Ilia Smirin, quien tiene igual 51 abriles, eran notoriamente más jóvenes.
Por ejemplo, Leinier tiene 35 años, Eljanov 36 y Dubov 23. El quinto lugar, el israelí Maxim Rodshtein, cuenta con 30 años. En sexto terminó Peter Svidler, de 43 años, quien ha ganado nada menos que ocho veces el Campeonato de Rusia.
Otro dato que da una idea aproximada de la magnitud del triunfo de Boris es que el más débil de los ranqueados en el evento, el GM Evgeny Postny, tenía más de 2600 de Elo. Además, el ocupante del penúltimo sitio, Tamir Nabaty, ganó a principios de este año la edición 48 de la prestigiada Copa Rilton.
En total, Boris lleva nada menos que 45 años batallando sobre el campo de batalla de las ideas, pues aprendió a mover los trebejos cuando apenas tenía seis años de edad. Ganó dos Interzonales en forma consecutiva: en Manila 1990 y Biel 1993.
En septiembre del 2007 participó en la Ciudad de México en el Campeonato Mundial, que ganó el indio Viswanathan Anand, relegando en el segundo puesto a Gelfand empatado con el anterior monarca, Vladimir Kramnik.
Hace siete años, Gelfand le disputó el Campeonato del Mundo a Anand, con quien empató a seis puntos tras las 12 partidas a ritmo clásico. Sólo en las rápidas, donde es un verdadero as, pudo el indio imponer su ley y retener su corona por un punto.
Boris tiene cuerda para mucho rato y con certeza habrá más resultados espectaculares como el de Netanya.