El escritor Michael Stean, primer GM víctima de una computadora
Todo mundo ha oído hablar de la derrota que Gary Kasparov sufrió en 1997 ante el ordenador “Deep Blue” (Azul Profundo), pero muchos ignoran que el primer gran maestro que perdió frente a una computadora fue el inglés Michael Stean.
En una partida de ajedrez relámpago disputada en Londres en 1977, el británico, quien llevó las negras, tuvo que inclinar su rey en 39 movimientos frente a la máquina “Chess 4.6”, que a decir de muchos le jugó “con fino estilo posicional”.
De hecho, tras el lance 27 de las blancas (h3), el europeo no pudo reprimir su sorpresa y admiración por el juego de su rival y exclamó: “Esta computadora es un genio”. El GM sabía de lo que hablaba, pues es una figura prestigiada en la enseñanza del juego ciencia.

Michael Francis Stean, que ayer celebró su onomástico 67 (nació el 4 de septiembre de 1953), se retiró prematuramente del ajedrez competitivo, cuando tenía ante sí un futuro prometedor sobre el tablero, pero antes escribió dos libros, uno de los cuales resultó todo un clásico.
Entre torneos, el europeo se dio tiempo de escribir “Sicilian Najdorf” en 1976 y “Simple Chess” en 1978. Este último, que durante muchos años fue un éxito de ventas, expone en forma sencilla las ideas y estrategias del juego posicional. Todo ello aderezado con partidas magistrales.

Su período más fructífero como competidor fue de 1976 a 1982, lapso en el que ganó varios torneos, a pesar de que dos veces fungió como preparador del ruso Víctor Korchnoi en sus campañas por el campeonato mundial 1977-78 y 1980-81.
De la fuerza de Stean, que jugó en cinco Olimpíadas, habla por sí solo el encuentro que en 1976, en Netanya, Israel, le ganó con blancas al rumano EmillUngureanu, tras una serie de brillantes sacrificios. El “Informador” incluyó esa partida entre las más brillantes de ese año.
Antes de cumplir los 30 años, se retiró formalmente de los torneos en 1982 para dedicarse a la carrera de contador público. Al parecer le ha ido bien en su nueva profesión, pues, en contraste con muchos que anuncian su retiro y vuelven, él nunca ha intentado retornar.