
Vladimir Kramnik, el verdugo de Kasparov, vuelve a la palestra
Nadie creyó que el verdugo de Kasparov, el ruso Vladimir Kramnik, el maestro del contragolpe, estuviera hablando en serio cuando a principios de este año, tras una mala actuación en el torneo de Weej aan Zee, anunció su retiro de los torneos oficiales.
Todo aficionado de hueso colorado sabe que, por más depresión que cause un mal torneo, no se puede dejar de pronto una pasión que ha llenado de luz toda la vida. Eso en situaciones normales, pero más cuando se trata de un grande y que aún puede aportar décadas de enseñanza al mundo del juego ciencia.
Kramnik, quien cumple este 25 de junio 44 años de edad, le arrebató en el año 2000 a su compatriota Gary Kasparov el falso título mundial que presumía tener, al margen de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Y lo hizo sin perder partida alguna, algo que no se veía desde que Capablanca destronó a Lasker en 1921.
Para fortuna de los millones de ajedrecistas alrededor del planeta, el retiro de Kramnik fue más efímero de lo que se imaginó el más optimista de sus seguidores. La semana recién concluida volvió a intercambiar jaques, en el World Chess Armagedon, este gran exponente del juego posicional, que sólo dominan los fuera de serie, como Capablanca, Karpov, Smyslov y Petrosián.
El ruso defendió en 2004 su título apócrifo frente al húngaro Peter Leko, en un match que concluyó empatado en las partidas clásicas y Kramnik venció en las rápidas. Fue hasta el 2006 cuando se le hizo justicia y el mundo lo reconoció oficialmente como el campeón mundial al derrotar al búlgaro Veselin Topalov, también en los encuentros rápidos.
Ese polémico match pasó a la historia porque Topalov acusó a su rival de hacer trampa, aunque nada pudo probar. Lo que pasa es que vio demasiado sospechosas las constantes idas de su contrincante al baño.
Vladimir perdió el título en octubre de 2008 frente al hindú Viswanathan Anand.
Tuapsé, un pequeño puerto del Mar Negro, fue el sitio donde en 1975 vio la luz primera Vladimir Borisovich Kramnik. De niño fue alumno de la famosa escuela del ex monarca universal Mikhail Botvinnik y su primer éxito resonante llegó en 1992, cuando conquistó la medalla de oro jugando con la selección de Rusia en la Olimpíada Mundial.
Fue su primera gran demostración en la máxima competencia por equipos, en las cuales tuvo una actuación más que impresionante: 36 victorias, 50 empates y apenas cuatro derrotas. Eso le permitió a la escuadra rusa obtener cuatro medallas, dos de plata y dos de bronce, además de que Vladimir ganó cuatro medallas individuales.
La estrella rusa ganó por lo menos una vez cada una de las más prestigiosas competencias internacionales, como Linares, Tata Steel Chess, Melody Amber, Dos Hermanas y Dortmund, este último en 10 ocasiones.
En octubre de 2002, Kramnik se enfrentó en Bahrein al ordenador Deep Fritz en un match a ocho partidas. Aunque el humano llegó a tener ventaja de 3-1, la serie concluyó igualada a cuatro puntos.
La solidez del estilo de Kramnik, cuyo arte defensivo roza la excelsitud, le permite que pierda pocos duelos y aún le esperan grandes triunfos, con el consiguiente regocijo de los aficionados.