Blancas juegan y ganan

Mikhail Chigorin, considerado el padre de la escuela imperial rusa de ajedrez, era un amante de los gambitos y, por tanto, de la táctica, pero aquí, traicionado por los nervios, comete con blancas un error garrafal durante el Campeonato Mundial de La Habana 1889. El duelo iba 11.5-10.5 a favor del primer monarca mundial y el ruso debió alcanzarlo si concretaba su ventaja, por ejemplo, jugando 1.Txb7. Pero en vez de eso, Chigorin movió 1.b4??, a lo que su rival respondió con 1…Txh7+. Las blancas se rindieron sin responder.