Cuando Shírov vio más que las computadoras
Era una jugada tan intrépida e increíble que ni las computadoras la vieron. Pero el cálculo brutal de los más potentes ordenadores del mundo no se comparan con el ingenio humano, ni siquiera en finales de ajedrez, como demostró esa vez el letón-español Alexéi Shírov.
Las partidas del europeo suelen ser espectaculares en el medio juego y a veces en la apertura, pero su lance más incendiario, que paradójicamente dejó helado a su rival, se registró en la fase postrera del juego y fue premiado como el mejor de la historia.
Shírov, quien este 4 de julio festejó su cumpleaños 48, realizó esa jugada con negras, en el famoso Torneo de Linares 1998, frente al búlgaro Veselin Topálov, que luego se coronaría campeón mundial. Los jugadores de silicio ignoraron esa movida, un soberbio sacrificio de alfil.
La inmolación de esa pieza, que dobló un peón blanco en la columna torre y despejó una casilla clave para el rey negro, condujo a una victoria cuando la mayoría pensaba que eran inevitables las tablas con alfiles de diferente color.
Ahora la secuencia forma parte del arsenal de enseñanza de los entrenadores, y varios expertos la comentan en videos. Alexéi Dmítrievich Shírov, su nombre completo, fue campeón mundial de cadetes en 1988 y ha participado en numerosas Olimpiadas con los equipos de Letonia o España.
No fue la única vez que ve más que los expertos. En 1993, en el mismo escenario de Linares, causó controversia al ofrecer en sacrificio dos veces una torre en la casilla e4 frente al ruso Vladímir Krámnik, otro que llegaría a monarca universal.
La mayoría de los aficionados consideraron esa movida como un error, pero tras la partida él publicó un análisis que demostró que su lance era correcto. Al año siguiente, siempre contra Krámnik, sacrificó una torre y lo venció para poner fin a la discusión teórica.
El juego de alto voltaje y siempre propenso al riesgo del letón inevitablemente hace recordar a su compatriota Mikhail Tal, por su genialidad y similitud de estilos, además que ambos nacieron en la misma ciudad, Riga, un puerto del Báltico, y tuvieron como entrenador a Vladímir Bagírov.
Por algo el libro de sus partidas, recogidas en dos volúmenes y comentadas por él mismo, llevan por título “Fuego en el tablero”, un best seller ajedrecístico que es material de lectura obligatorio para quienes gusten del juego de ataque, de fulgurantes combinaciones.
Alexéi, que en 1994 se ubicó tercero en las listas de la FIDE, le disputó en Teherán el campeonato mundial en el año 2000 al indio Viswanathan Anand, quien lo venció con claridad. En 2007 llegó a la final de la Copa del Mundo, pero perdió ante el estadounidense Gatá Kamsky.
Aun hoy día, Shírov sigue produciendo obras bellas e instructivas sobre la palestra cuadriculada, como se vio el año pasado en el más fuerte campeonato de España en sus 84 años de historia, que ganó en forma brillante y dramática.