Adolf Anderssen

La partida más famosa

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Anderssen, quien dio vida a “La Inmortal”, nació hace 202 años

A cualquiera, incluso a un gran maestro, le causaría sumo placer triunfar en una partida con un sacrificio de pieza mayor, y más si es contra un fuerte contrincante. En 1851, el alemán Adolf Anderssen ganó una de modo tan brillante que recibió el nombre de “La Inmortal”.

La obra del germano, quien nació hace 202 años (6 de julio de 1818) es la más reproducida en la historia del ajedrez. Y no por su larga vida de más de siglo y medio, sino por su espectacularidad y alud de sacrificios, que incluyó un alfil, las dos torres y la dama. ¡Una oda al juego romántico!

Hasta los principiantes han oído hablar de esa batalla, pues es uno de los ejemplos al que más recurren los entrenadores para ilustrar el juego combinativo, de ataques directos al rey. No hay jugador de torneo que no haya visto esa lid contra el estonio-francés Lionel Kieseritzky.

“La Inmortal”, que concluyó con mate de alfil en 23 jugadas, ha resistido la prueba del tiempo. A lo largo de sus 169 años que ha servido de inspiración a todo ajedrecista, los análisis de expertos y computadoras no le han podido restar mérito, pese a las imprecisiones de las negras.

Los más grandes jugadores han avalado la brillantez de ese duelo, pero uno de los más acertados comentarios lo hizo el cronista cubano José Luis Barreras Meriño. “.Ad6!! Otra jugada genial en una de las posiciones más polémicas de todos los tiempos”.

Y agrega con ejemplar objetividad: “Los analistas del Siglo XX adjuntan a este movimiento un irrespetuoso signo de interrogación indicando que el sacrificio se refuta haciendo 18…Dxa1, acompañado con una lluvia de variantes. Como si al gran Leonardo da Vinci se le pudiera reprochar hoy, con la ayuda de técnicas electrónicas, alguna débil pincelada en su ´Gioconda”.

Con sólo esa partida, el alemán habría pasado a la posteridad, pero un año después produjo otra obra de arte tan excelsa que también recibió un nombre propio: “La Siempreviva”. Quien la bautizó así fue nada menos que el primer campeón mundial, Wilhelm Steinitz.

La víctima en este célebre choque fue el alemán Jean Dufresne, que también fue compositor de problemas de ajedrez. Para su infortunio, la historia lo recuerda más que nada por ese choque que perdió en 1852 en Berlín que por sus partidas y composiciones.

Anderssen, quien nació en Breslau y murió en la misma ciudad el 13 de marzo de 1879, aprendió a mover los trebejos a los nueve años de edad. Su padre le enseñó y su primera lectura fue “Cincuenta partidas entre Labourdonnais y McDonnel” (1835).

El carácter altamente táctico de esos encuentros imprimió claramente su sello al estilo del alemán, que pulió además con la composición de problemas, actividad a la que dedicó mucho tiempo durante sus años mozos. De hecho, en 1842 publicó un libro de problemas.

Tras las dos partidas que le confirieron celebridad, Anderssen fue considerado el mejor jugador del planeta, hasta que él estadounidense Paul Morphy lo derrotó claramente en 1858 en un match que se realizó en París. El americano ganó siete partidas, perdió dos y entabló dos.

El prematuro retiro del norteamericano del ajedrez de competición permitió que nuestro protagonista volviera a la cima al ganar en 1862 el fuerte torneo de Londres. De nuevo fue considerado el mejor hasta que perdió un match contra Steinitz por 8 a 6.

A los 52 años tuvo su mayor logro en competencias oficiales (las dos partidas mencionadas antes fueron amistosas). En 1870 se coronó en Baden Baden, el torneo más intenso que se haya jugado en esa época, quedando por encima de Steinitz.

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