Publicado por Rolf Trautner, matemático y poeta del ajedrez
Todo ajedrecista es un aventurero. Los competidores de cualquier modalidad, clásica, de ajedrez rápido o relámpago, gustan de las emociones fuertes, unos desde la apertura, otros preferentemente en el medio juego y algunos más en finales.
No pocas veces, uno termina haciéndose adicto al alto riesgo en las aventuras que se gestan sobre la liza bicolor. Ese gusto por el peligro se nota sobre todo en la bien llamada poesía del ajedrez, campo en el que caen los finales artísticos y los problemas de mate.
En ese sentido, el germano-suizo Rolf Trautner es un secuaz de los aficionados a las aventuras extremas sobre el tablero. Inclinadas pendientes con forma de diagonales, terrenos minados revestidos como columnas y ríos saturados de peligro presentados en ocho líneas configuran el arsenal con que en sus composiciones lleva al aficionado al sobresalto.
Matemático de profesión, lo que se refleja con frecuencia en sus composiciones, Trautner nació en un día como hoy, 7 de agosto de 1939, a unos días de que Alemania comenzara la Segunda Guerra Mundial o Gran Guerra Patria, como se le conoce en Rusia.
Especialista del tema de mate ayudado, Rolf cultivó un estilo ameno y creativo que invita a los ajedrecistas a adentrarse en el mundo de la composición, bien sea para solucionar los diagramas o para crear obras de arte que hagan las delicias de los aficionados.
Por compositores como el europeo, quien al término de la conflagración planetaria quedó en la parte oriental de su país (Alemania Democrática), el mundo de los finales artísticos y los problemas de mate crece cada día, sobre todo en esta época de pandemia.
De la mano de Trautner, que tenía tendencia al refinamiento, pero con la sencillez y claridad que atrae al aficionado hacia la composición, uno practica el turismo de aventura sobre 64 casillas. Su sagacidad e ingenio necesarios para avanzar en cada lance abren rutas al asombro.
Uno en especial causa profundo deleite a la afición y demuestra que los mates en varias jugadas no suelen ser más difíciles que los de dos lances, pero dejan grandes enseñanzas, incluso a los combatientes de torneos. Lo acabamos de publicar bajo el título de “Un paseo de ida y vuelta”.
Rolf Trautner murió, a la edad de 65 años, el 7 de enero de 2005, pero su legado seguirá nutriendo las filas de adeptos a la solución de estudios y problemas de mate.
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